MUY BIEN SR. MOLÉS

La tropa política

Manolo Molés MIÉRCOLES 16 DE DICIEMBRE DE 2020

Vamos de alegrías merecidas a patadas en el culo por parte de los políticos. Tiene guasa el asunto. Un juez, con potestad, afirma y sella que los toros pueden, y deben, volver a la plaza de Medellín. Gracias. El empresario de Bogotá también está dispuesto a recuperar la gran historia de la plaza Santamaría. Y los políticos (y políticas) dicen que tararí que te vi. No hay quien pueda con esta tropa de políticos. Un poco más tranquilas están las plazas de Cali (ahora con empresario español para los próximos años) y Manizales, a ésta apenas se atreven a tocarla los políticos porque se encontrarían con un “levantamiento total” de la ciudadanía. Son las grandes ferias donde más coñazo dan los políticos. Aunque también la gente del toro tiene la culpa de que se hayan cerrado una docena de plazas que eran fundamentales en el tejido amplio de la Fiesta en un país muy aficionado.

Se perdieron plazas de segunda importantes porque las figuras dejaron de ir y el tejido taurino de Colombia se achicó demasiado. Y encima, el toro negro de la política por si faltaba algo. Solo faltaba el coronavirus para el desastre total. América se achicó en lo taurino demasiado

Yo llegué a Colombia “en el año del César”, en 1991. Ese año y los siguientes vi toros en las plazas grandes: Bogotá, Medellín, Manizales y Cali, pero también Armenia, Cartagena de Indias, Cúcuta, Florencia, Ibagué, Popayán, Sogamoso, Bucaramanga (donde el español Manuel Pérez Martínez “El Cura Pérez”, creo que de Aragón y al frente de la guerrilla, no aceptó que le hiciera una entrevista). Menudo era el cura…

¿Culpa? De muchos. Se perdieron plazas de segunda importantes porque las figuras dejaron de ir y el tejido taurino de Colombia se achicó demasiado. Y encima, el toro negro de la política por si faltaba algo. Solo faltaba el coronavirus para el desastre total. América se achicó en lo taurino demasiado. Colombia también, tristemente. Y urge otra “reconquista” en tiempos que no son de vino y rosas. Por eso, también por eso, es importante lo de dos políticos socialistas enamorados y defensores de la Fiesta.

Demos la mano a los que comparten sueños, ideales, respeto, ilusión, verdad y futuro, apoyando una Fiesta que se nos ha llenado de antitaurinos con cargos que no tienen ni zorra idea de lo que es la defensa, el cuidado, el esmero, la casta y la lucha por mantener la pureza de la tauromaquia

A Carmen Calvo la conozco y valoro desde hace años. De cuando nos veíamos en mil plazas; y aquel día que sonaba a entierro en Barcelona, con los últimos dioses del toreo peleando para que no nos echaran el cerrojo. La vicepresidenta no es dudosa de su respeto y querencia por la fiesta de los toros. Y Eneko, joven y ya importante político, buen tío, sincero, claro, currante, taurino hasta la médula, junto a Carmen Calvo, son el dúo que nos lanza un salvavidas en esta marea anti que utiliza más el acoso y el maltrato que la lógica, el diálogo y el talento. Tengamos claro quiénes son los amigos. Demos la mano a los que comparten sueños, ideales, respeto, ilusión, verdad y futuro, apoyando una Fiesta que se nos ha llenado de antitaurinos con cargos que no tienen ni zorra idea de lo que es la defensa, el cuidado, el esmero, la casta y la lucha por mantener la pureza de la tauromaquia. A tanto borrico le invito a bucear en la historia y sorprenderse de la talla intelectual de tantos aficionados. Pero bueno, te pones a analizar al 90 % de los políticos actuales y no distinguen a un toro de una cebra. Vaya tropa en general. Yo respetaré siempre al buen aficionado sea quien sea.

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