López Simón se va en hombros en tarde de espadas poco afiladas

 Marco Antonio Hierro
sábado 3 septiembre, 2022

El Fandi oaseó una oreja del cuarto y ovacionado resultó Paco Ureña con la corrida de Hermanos García Jiménez. El festejo registró un tercio de entrada en los tendidos.

El Fandi, Paco Ureña y López Simón hacían, este sábado, el paseíllo en la primera corrida de toros de la Feria taurina de la localidad madrileña de San Sebastián de los Reyes, en la que se lidiaba un encierro de Hermanos García Jiménez.

El Fandi con el primero dejó una larga cambiada de rodillas en el tercio. Fue distraído el animal, soltándole siete verónicas hasta el centro del platillo de máxima calidad y a ralentí. Después, en banderillas, puso los tres pares con más facilidad que brillo. De rodillas en el centro del ruedo toreó con mucho ritmo y temple a un toro que embestía así, pero se vino soberanamente a menos el animal. Pinchó, se echó el toro y fue ovacionado.

Paco Ureña dejó un buen manojo de verónicas al repetidor segundo, que metía los riñones en el capote, hasta el centro del ruedo, donde dejó dos medias de cartel. Al toro se le dio un picotazo para que no perdiese el fuelle en la muleta y acertó el murciano, porque siguió manteniendo la boyantía y la voluntad de embestir un toro con mucho empuje hasta que lo exprimió. Y a la hora de entrar con la espada, dejó una estocada bastante suelta y todo se enfrió mucho. Todo quedó en ovación lo que podía haber sido una oreja de peso.

Al tercero, escurrido de carnes pero con dos pitones astifinos como puñales, lo supo embarcar López Simón en el percal con cadencia y con mucho ritmo para dejarle una decena de verónicas y una media de mucho fuste. Comenzó de rodillas en el centro del ruedo, aprovechando con mucho mando la arrancada codiciosa del de Matilla, que siempre hizo cosas sorprendentes por el pitón derecho. Pero se confió con él Alberto, y supo pulsear las embestidas con inteligencia para ligar las series con la diestra. Le costó más al animal al natural, pero aún así también por ahí anduvo firme el de Barajas, que acertó, además, con la espada y paseó una oreja.

Al tercero, escurrido de carnes pero con dos pitones astifinos como puñales, lo supo embarcar López Simón en el percal con cadencia y con mucho ritmo para dejarle una decena de verónicas y una media de mucho fuste. Comenzó de rodillas en el centro del ruedo, aprovechando con mucho mando la arrancada codiciosa del de Matilla, que siempre hizo cosas sorprendentes por el pitón derecho. Pero se confió con él Alberto, y supo pulsear las embestidas con inteligencia para ligar las series con la diestra. Le costó más al animal al natural, pero aún así también por ahí anduvo firme el de Barajas, que acertó, además, con la espada y paseó una oreja.

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