OREJA DE SANGRE

09/06/2019. Madrid. Las Las Ventas Vigesimoséptima de abono. Tres cuartos de entrada.

Toros de BALTASAR IBAN y un sobrero de MONTEALTO lidiado en primer lugar. Con genio, que no casta y muy peligrosos, incluso el sobrero salió arreando como si perteneciera al mismo hierro.

Santanero ii devuelto por flojera, tomando las de Villa Diego por su cuenta sin la ayuda de los Florito Bulls

 

CURRO DÍAZ . Metisaca en los bajos y estocada desprendida. Silencio. Estocada caída. Una oreja. En el que mató por Román. Pinchazo y estocada. Ovación.

PEPE MORAL. Pinchazo, pinchazo hondo y descabello. Silencio. Cuatro pinchazos, estocada corta tendida y seis descabellos. Un aviso. Pitos. 

ROMÁN. Estocada. Una oreja. Cogido al entrar a matar.

Muy duro el encierro de El Escorial, correoso y de mucho peligro, tan solo el que hizo cuarto, fue el único que permitió algún alarde. Una corrida que tuvo a los tendidos sin pestañear pendientes de lo que ocurría.



Un torero, ROMÁN, que apostó fuerte, que como en otras ocasiones llegó a Madrid con esa sonrisa de niño travieso, pero con un corazón torero grande, muy grande, que aceptó el reto de Santanero l y que le venció a pesar de que la fiera tuviera el último «AS» guardado para el final de la contienda y le mandara al hule. Fue una pelea henchida de valor, firmeza y de ofrecer ventajas a su oponente, de desprecio al peligro, que era mucho y que el torero pagó cara. Una faena justa para someter la furia de un toro incierto, aguantar los arreones y las malas miradas, las tarascadas y los parones y marchar a por la espada a sabiendas que era el vencedor de la lucha. Quedaba el final y con el público entregado, el torero se tiró a matar derecho como una vela para hundir el estoque hasta los rubios. Podía haberse aliviado y buscar los blandos, pero no, fue de frente y por derecho a culminar la hazaña y pagó la oreja concedida con su sangre.

Aún sonaba en los tendidos el murmullo de la tragedia, cuando saltó a la arena Arbolario, castaño de 548 kg. Un toro de fina lámina que recibió poco castigo en varas. Curro tomó la montera y se fue a la puerta de la enfermería, para brindar a su compañero herido. La larga experiencia del de Linares, algo había visto en el toro, el toro tenía son pero se acordaba de lo que dejaba detrás Curro comenzó la faena con redondos de fina traza muy de la casa, al natural el toro protestaba y volvió a la derecha para culminar una faena artista y lucida, muy fuera de las distancias  y lejos de los terrenos de compromiso.

El sevillano se encontró con dos toros de pocas opciones, no aceptó el reto y se diluyó entre trapazos y carreras. «Quizás» en el que hizo segundo podría haber tenido alguna opción de haberlo intentado, ante la duda optó por la rapidez.


No faltó otra de D. Gonzalo. Fue durante el pareo del tercero, tras varias pasada y al menos tres banderillas que clavaron y se desprendieron, al solo haber tres en los costillares, obligó a pasa otra vez para cumplir la norma de cuatro palos en el lomo, a pesar de la petición del matador y sin tener en cuenta los arpones que también estaban allí aunque faltara el palo. Fue entonces cuando El Sirio fue perseguido y arroyado por el toro quedando a su merced, por suerte sin consecuencias. A buen seguro que el banderillero estará todavía jurando en Sirio la gracia del D. Gonzalo.

Vicente Palmeiro

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