01/05/2019. Madrid Las Ventas. Tarde ventosa que molestó a los matadores. Menos de un cuarto de plaza.
Novillos de Montealto, Bien presentados, mansos de diverso juego, con calidad tercero cuarto y quinto.
PABLO MORA. Dos pinchazos, bajonado y cinco descabellos. Dos avisos. Silencio. Estocada caída. Un aviso. Silencio.
DIEGO SAN ROMAN. Pinchazo y bajonazo. Silencio. Estocada. Silencio.
FERNANDO PLAZA. Estocada desprendida. Dos avisos. Saludos. Pinchazo y estocada caída. Vuelta.
Muy parejo el encierro de los Domecq madrileños. Una novillada que no exigió, que se dejó torear y que no mereció el trato que le dieron, los matadores y las cuadrillas. Novillos que mansearon de salida, se repucharon en los caballos, pero que llegaron a la muleta con buen son.
Una terna de novilleros compuesta de dos madrileños, Mora, Plaza y el mexicano San Román, este último y Plaza, hacían su presentación en la capital.
Lo más destacable estuvo en las manos de Plaza. El de Villamanta es un novillero que dejó abierta la puerta para darle un voto de confianza. Tiene cierto regusto para torear y el defecto de la discontinuidad, tan pronto pisa los terrenos de torear, como se sale de la suerte tomando el camino del perfileo, compone bien la figura y templa la embestida. Compuso dos faenas muy similares y hubo momentos de buen toreo, pero pocos, hubo petición en ambos novillos, que el presidente no atendió con buen criterio, a mi entender, Saludó en su primero y paseó el anillo en el que cerró plaza.
Ni Mora ni San Román estuvieron a la altura de una novillada soñada para triunfar en Madrid. Fueron copias de lo que venimos viendo en Las Ventas. Toreo perfilero, citando desde la oreja del novillo, descomponiendo la figura, alargando faenas tediosa y manejando mal los aceros.
Estamos en lo de siempre, en la probatina de Madrid por si suena la flauta y hay que dejarles claro a los apoderados, que la flauta suena pocas veces y el estrellarse contra Madrid trae malas consecuencias que al final se pagan.
Desastrosas las cuadrillas, muy mal los picadores y subalternos, tan solo Trujillo de la cuadrilla de San Román, salió con un aprobado justito.