El gobierno autonómico incumple anualmente con la reinversión de la totalidad de los ingresos por la explotación en el mantenimiento de la plaza
Tras el nombramiento de Miguel Abellán como director gerente del Centro de Asuntos Taurinos, ciertos medios de comunicación publicaron cifras inventadas de su sueldo y aseguraron que ese dinero procedía de los fondos públicos. Falso. La tauromaquia, lejos de costarle dinero a la Comunidad de Madrid, supone un pingüe negocio para las arcas de todos los madrileños.
En los últimos quince años la caja única de la CAM ha ingresado un total de 52.050.000 euros por parte de los distintos gestores de la plaza de toros de Las Ventas en forma de canon de explotación. En la etapa comprendida entre 2005 y 2010 se ingresaron 5,2 millones al año, de 2011 a 2016 fueron 2,325 millones anuales y a partir de 2017 hasta nuestros días son 2,3 millones de euros la cantidad aportada por Plaza 1 por la explotación de la plaza, pese a que no puede celebrar grandes conciertos como preveía por falta de las licencias pertinentes. Un dinero que la tauromaquia aporta de forma directa a las arcas públicas.
Una mínima parte de esos ingresos se destinan después al Centro de de Asuntos Taurinos que se encarga de supervisar el cumplimiento del pliego de condiciones de la plaza de toros, así como una serie de funciones de promoción y difusión de la fiesta de los toros en toda la Comunidad Autónoma, la Escuela Taurina además de la programación cultural del coso venteño, entre otras funciones.
Por otro lado, esa millonaria suma debería haberse revertido al completo en la tauromaquia como indica la ley presupuestaria de la Comunidad de Madrid: «Los derechos del canon aportados por la empresa adjudicataria de la explotación de la Plaza de Toros de las Ventas se destinarán a la mejora del edificio y de las instalaciones de dicha plaza, así como al fomento y promoción de la Fiesta de los Toros en todas sus dimensiones».
Se ha incumplido la ley año tras año como evidencia el deficiente estado de Las Ventas, necesitada de una reforma estructural. Unas obras presupuestadas en cerca de 16 millones de euros pero que el anterior ejecutivo dejó colgadas en el limbo de la negligencia tras varias cortinas de humo: ni hay ni nunca hubo proyecto. La llamada primera fase emprendida es sólo un viejo arreglo pendiente de cubiertas, tejas y corrales. El problema es grave y está sobre la mesa de la nueva presidenta Isabel Díaz Ayuso y su equipo. En el que se encuentra Miguel Abellán, recién aterrizado como responsable taurino de la CAM.