GRANDE FERRERA

01/06/2019 Madrid. Decimonovena de abono.Tres cuartos de entrada. 

Toros de ZALDUENDOBien presentados, mansos que al final cogían la muleta 1º y 5º rajados.

ANTONIO FERRERA . Estocada caída recibiendo. Una oreja y fuerte petición de la segunda, dos vueltas al ruedo. Estocada desprendida recibiendo. Un aviso. Dos orejas. 

CURRO DÍAZ. Estocada desprendida y trasera. Saludos. Estocada caída. Saludos. 

LUIS DAVID. Estocada. Saludos. Pinchazo hondo, pinchazo, media estocada y descabello. Un aviso. Saludos. 


Seis Jandillas cacereños, seis bobos mansurrones de embestida clara que valieron,  menos el quinto y que tan solo Ferrera exprimió.



Ocurrió que se abrió el portón para dar suelta a Bonito, que lo era, y el deambular del toro cantó a manso desde el minuto uno, incluso intentó rajarse dos veces, transcurrió la lidia con normalidad y apareció Ferrera que le invitó al centro del anillo, se despojó de la ayuda y comenzó una faena distinta, más armónica que verdadera, con ambas manos fue dibujando redondos y naturales, mejores y peores y Bonito tragando y la gente cada vez a más enloquecida, fue cerrando al toro hacia 10 y allí le esperó espada en mano, demasiado lejos citó para recibir a Bonito y dejarle una estocadas caída que le dobló con presteza. La plaza se puso en pie, los tendidos llenos de pañuelos y D. Rafael Ruiz se llevó la bronca por no conceder la segunda oreja con buen criterio.

Había dejado Ferrera entreabierta la puerta grande y lo mejor estaba por llegar, sería Cítaro. Ferrera lo llevó al centro y el toro protestó, de inmediato el torero cambió los terrenos y lo aproximó al 9, volvió a dejar la ayuda y se puso a torear, esta vez con más verdad, pisó los terrenos de verdad y tiró del toro con maestría y  Cítaro se tragaba los muletazos, esta vez ligados y de ortodoxia torera, una serie de derechazos insuperable encendieron la caldera, luego otra, un cambio de manos y naturales bellísimos, desmayados y adornos para colocarse para matar recibiendo, una estocada caída tumba al toro y los pañuelos vuelven a los tendidos. Ferrera ha dado una clase de toreo, de mando, artística, completa de colocación conseguida a base de un trabajo de poder. El mérito ha sido de él y de nadie más.

Curro Diaz, enlotó una pareja de mansos huidizos, el que hizo segundo, con embestida sosa sin transmisión y el quinto rajado yéndose a querencias le dio la vuelta al ruedo.

Luis David, no consiguió el acople con el manso tercero y con el que cerró plaza, sosote que cogía la muleta, el mejicano intentó ese toreo suyo de carrusel fuera de las distancia, en un desarme se quedó abrazado a los hijares del toro, que era tonto, pero no tanto y el bobito se giró y lo levantó por los aires.

Vicente Palmeiro

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