10/06/2019. Madrid Las Ventas. Vigesimoctava de abono. Menos de media entrada. La habilidad de los aficionados al elegir los descartes del abono, volvió a dejar la plaza en pelotas.
Toros de EL VENTORRILLO. Serios, desiguales de comportamiento, mansurrones, difíciles de dominar excepto el lidiado en sexto lugar de embestida templada.
EUGENIO DE MORA. Pinchazo, estocada caída y trasera. Un aviso. Pitos. Estocada corta, Silencio. En el que mató por Ritter. Estocada desprendida. Dos avisos. Oreja.
RITTER. Media estocada tendida y tres descabellos, Saludos. Resultó cogido al realizar un quite al toro de Mora.
FRANCISCO JOSÉ ESPADA. Bajonazo y cinco descabellos. Dos avisos. Silencio. Media estocada tendida y cinco descabellos. Un aviso. Silencio.
La semana pasada tuvimos mansos, pero llegó el Domingo con la dura corrida de Ibán a dar paso a hierros de aparente interés. El Ventorrillo ha presentado una corrida variada tirando a mala, toros que se dejaron pegar, sosa de baja casta y con dificultades y el aficionado acertó habida cuenta de su escasa presencia en los tendidos.
Una terna también variada, formada por un veterano y dos noveles, todos necesitados de contratos y tuvo que ser el veterano quién pusiera la nota de color de la triste tarde.
Mora, obligado a estoquear tres toros por la cogida de Ritter, se topó con el único de embestida clara, el sexto que hubiera correspondido al herido, Carroñero, regaló embestidas templadas y repetidas y el de Mora aprovechó, tirando de veteranía, las cualidades del toro, le dio tiempos y espacio y ligó dos series de naturales templados, con la derecha le faltó rotundidad y pisar otros terrenos. Una faena liviana que que sirvió para despertar a los soñolientos tendidos y que muchos se perdieron por tomar las de Villa Diego antes de tiempo para ver ganar a España o la Final Four de baloncesto.
El colombiano pasó con poca gloria y mucha pena, voluntarioso y repetitivo con la sosería del que hizo segundo, logro gracias a la insistencia algunos muletazos con la mano izquierda, siempre de perfil y aprovechando el viaje. Intentó agradar y se fue al tercio en el segundo toro de Mora, para apretarse en un quite por chicuelinas y el bicho le prendió.
Espada tuvo la oportunidad en el segundo de su lote, un toro que se movió a pesar del castigo que recibió en el jaco. Faena larga de muletazos incoherentes por detrás, encimista, pisando terrenos del toro, estuvo a punto de la cogida en varias ocasiones. Muy embarullado con los aceros, escuchó dos avisos en su primero y otro en el quinto.
Así quedó la tarde, una más en la que las cuadrillas dieron un feo espectáculo, pasadas en falso capotazo por arriba, terceros que levantaban toros con la puntilla y otras lindezas