06/10/2019. Madrid. Las Ventas. Ultima de la feria de Otoño. Algo más de tres cuartos.
Toros de ADOLFO MARTIN. Desiguales de presentación, mansos, de mal juego.
CURRO DIAZ. Bajonazo y descabello. Palmas. Pinchazo hondo y estocada desprendida. Saludos.
LOPEZ CHAVES. Cuatro pinchazos y estocada caída y contraria. Un aviso. Silencio. Pinchazo y bajonazo. Silencio.
MANUEL ESCRIBANO. Estocada. Silencio. Estocada caída. Silencio.
El final de temporada se aprovecha para limpiar los cercados y aparecen las desigualdades para completar un encierro decente. Ayer en Madrid aparecieron toros cinqueños a los que les faltaban pocos meses para los seis y había que sacar. Se anunciaba un sobrero al que le faltaban solo dos meses.
Don Adolfo, trajo una corrida mansa, de escasa presencia y muy poca casta y Madrid siempre ha merecido algo mejor Sr. Martín.
Una terna de las de final de temporada, donde las figuras deshacen los atillos para descansar o se preparan para cruzar el charco a las américas.
El siempre esperado Curro Vazquez, se lucio a la verónica en el que abrió festejo, dejó claro las escasas fuerzas del animal y confeccionó una faena discontinua con algún muletazo de uno en uno, sin transmisión. En el que hizo cuarto, que parecía que tenía más son, templó una serie con la zurda y el toro no quiso más, parones y algún arreón.
El salmantino se fue inédito con un lote donde la mansedumbre afloró con descaro, el segundo de la tarde, protestado, feo y flojo, que no se empleó en el caballo, dejó a su matador a la espera de los que saliera en quinto lugar. Tampoco fue una gloria el penúltimo, de salida se volvió a los chiqueros en tres ocasiones, tuvo que ser el matador el que le fuera a buscar al portón de toriles, se fue al caballo al relance y en la muleta embistió sin clase ni transmisión.
El de Gerena, que recibió una ovación al romper el paseillo, no se a que fue debida, quizás por la cogida de San Isidro, lo que a mi juicio supone otro modismo. Se fue a portagayola y faltó poco para la tragedia, tras una pobre pelea en varas, Escribano tomó los avivadores ¡Y en que hora!, mal en los embroque, banderillas por el suelo y de avivar al toro nada, al revés, le cabreó y llegó a la muleta con la cara alta dando derrotes. En el que cerró plaza, volvió el sevillano a recibir a portagayola, esta vez el toro pasó a toda leche y el torero hubo de perseguirle, tampoco peleó el toro en varas y Escribano que se quiso resarcir con los palos, lo consiguió en parte con un par del violín al quiebro. Intentó el torero sacar algo del manso, pero el esfuerzo fue en baldío.
Se acabó la feria de Otoño, que añadió dos sumandos a la de San Isidro, dos puertas grandes, la de Rufo y la de Ferrera y la oreja de Ureña que vio toda la plaza y la que vimos algunos y no se pidió en el sexto toro.
Cerraremos temporada el próximo día 12 a hora temprana, muy taurina y poética, las 5 de la tarde,