Pablo López Rioboo
viernes 23 diciembre, 2022
Florito lleva ejerciendo prácticamente toda su vida de mayoral de Las Ventas, un trabajo en el que ha conseguido convertirse en un referente.
Más de una vez hemos hablado de la figura de Florito como veedor y mayoral de Las Ventas; en esta ocasión, tras dejar a un lado su papel de veedor, nos centramos en aquella que lo hizo famoso y le ha llevado a implantar su modelo de trabajo más allá de Las Ventas. Un hombre que tras abandonar los ruedos se dedicó profesionalmente a la doma de cabestros para el trabajo en plazas de toros.
Con el paso del tiempo se convirtió en un un referente que -incluso- hoy en día sigue estando muy presente. Su incansable trabajo sigue quitándose dolores de cabeza a una empresa que sabe que no va a tener ningún problema una vez que los cabestros salen al ruedo a devolver a un animal hacia corrales. Algo que sabemos gracias a los compañeros del programa Tendido Cero por un reportaje realizado hace unos años una persona imprescindible en la primer aplaza del mundo.
Florito es partidario de la raza berrenda, de los capirotes en colorao, un tipo de cabestro de gran belleza y homogeneidad tanto en pelajes como hechuras. Los castra cuando estos cumplen 18-20 meses; primero para la obediencia, sino se le castrara al tener más volumen que un toro siempre estaría pegándose con ellos, y entonces nunca se podrían utilizar para el trabajo. Florito tiene en su parada unos 11 bueyes, 8 más experimentados y tres reservas por los que pueda pasar.
«El buey tiene que tener valor, porque sabe que el toro le puede pegar en cualquier momento. No me gusta que los animales sean agredidos por los toros, pero si lo hacen me viene bien para saber si tienen valor o se acorbardan», comentaba Florito en el programa Tendido Cero. Dentro de la parada, cada animal tiene su nombre, algo que facilita el trabajo a la hora de tener que tomar las puertas. Pero no todo radica en llamarlos por su nombre, Florito con un simple gesto hace que los animales comiencen a trabajar, sin ese silbido los animales no se mueven de su logar, sin duda uno de los secretos mejor guardados del mayoral y cabestrero de Las Ventas.
Si Florito quiere que los cabestros vayan hacia el lado derecho les dará una determinada consigna, mientras que si quiere que el movimiento sea hacia la izquierda esa consigna será diferente, algo que entienden los animales, obedeciendo a la perfección. Todo se hace con templanza y precisión, poniendo especial atención al paso de los toros y novillos por las distintas puertas de los corrales. El manejo de los animales tiene que hacerse con los cinco sentidos puestos, una apertura de puerta a destiempo o un movimiento equivocado puede hacer que un toro derrote y se estropee el pitón, algo que lo deja inservible para la lidia.