LA DIVERSIDAD DE ENCASTES.

El panorama político que se avecina después del 10N, es comparable a una ganadería de toros bravos.

Empezó allá por los setenta, con un saneo porque era imprescindible eliminar la mayoría de las vacas y sementales.

Nuevos ganaderos, pugnaron por darle hegemonía a sus hierros frente a los demás y tan solo uno de ellos lo consiguió y se puso manos a la obra. Comenzó por arreglar los cercados, los prados y la selección de los animales en una andadura ardua y costosa.

Los que no obtuvieron la venia, continuaron trabajando para conseguir que sus hierros alcanzaran cotas competitivas para destronar al ganador.

Cabe destacar que en aquellos tiempos cada cual mantenía su encaste con la máxima pureza sin admitir grandes cruces para conservar la pureza de sangre.

La transición política del triunfalismo, hubo de acoplarse al vencedor, que mantuvo su hegemonía a duras penas y que tras unos duros años, acabó en el matadero. También otros a lo largo de los años, corrieron la misma suerte.

Le sucedieron jóvenes ganaderos, con nuevas ideas, que intentaron revolucionar el campo sin tener en cuenta que los aficionados tenían la última palabra. Con diferentes mayorales consiguieron ser más longevos que sus anteriores y además mantener sus ganaderías tras los sucesivos cambios.

Con la llegada de la última década, apareció un nuevo concepto. El aficionado con su participación instauró ganaderías emergentes con nuevos estilos y nuevos animales, que nunca estuvieron en el panorama anterior. Estos llevaban en el interior de sus mochilas, nuevas exigencias en la forma de llevar a cabo una nueva y emergente conducción. Básicamente, sus pretensiones pasaban por el cruce de animales de distinta especie para crear una nueva dimensión y algunos optaron por separase y acabar con su ganadería.

Los cruces entre distintas vacadas, no siempre han ligado y se han dado desastrosos resultados. También vacadas que durante y/o desde su fundación no han conseguido ocupar un puesto mínimamente destacado se han apuntado al festejo con una desfachatez desmesurada, coaligándose con algún ganador sobre el papel.

Tal amalgama de cruces y exigencias han dado una insostenible situación que ha dejado a España sin gobierno durante un largo periodo.

El próximo día 10 estamos llamados los aficionados a depositar el voto, que de hegemonía suficiente para formar un conjunto de ganado predilecto.

Pero he ahí que los veterinarios no auguran un vencedor claro y habrá que formar la nueva vacada con reses de diverso hierro y su consecuencia.

¿Que resultará? ¡Impredecible! Como siempre ha pasado en el mundo de la Tauromaquia ¡Pagaremos el pato los mismos!

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