El torero madrileño habla por primera vez tras el grave percance que sufrió el pasado 12 de octubre en Las Ventas en una comparecencia pública junto a los médicos que le atienden y Miguel Abellán, director gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid
Por Gonzalo I. Bienvenida Miércoles 06 de noviembre de 2019
Por Gonzalo I. BienvenidaMiércoles 06 de noviembre de 2019
Acompañado por los médicos que le salvaron la vida y que todavía hoy, veinticinco días después del grave percance que sufrió en Las Ventas, siguen de cerca su evolución, Gonzalo Caballero compareció al mediodía de este miércoles ante un gran número de medios de comunicación una vez recibió el alta hospitalaria. “Mi sensación es de gratitud. Doy gracias a Dios y a la Virgen por poder estar aquí”, afirmó en sus primeras palabras, antes de confesar: «Esta noche no he podido dormir porque quería que llegara este momento».
En el mismo Hospital San Francisco de Asís donde ha estado ingresado desde el pasado 12 de octubre, Caballero apareció junto a Máximo García Padrós, cirujano jefe de Las Ventas, Claudio Gandarias, jefe de la Unidad de Cirugía Vascular, Marisa de Teresa, jefa de la Unidad de Cuidados Intensivos, y Miguel Abellán, director gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid. A todos ellos les dirigió unas palabras. «Le brindé el toro a Padrós por lo que le admiro, le agradezco que se haya cruzado en mi vida. También le estoy eternamente agradecido al doctor Gandarias, cada paso que dé a partir de ahora es gracias a usted. Gracias, Marisa, por esa sonrisa cada mañana. La vida me ha dado un hermano mayor, Miguel Abellán, que cada día ha estado a mi lado».
Gonzalo Caballero: «Pedí que le dijeran a mi madre que la quería, de camino a la enfermería sentía que se me iba la vida»
El torero madrileño confesó: «Se supone que los toreros tenemos que estar preparados pero en el trascurso a la enfermería notaba cómo salía un grifo de sangre. Pedí que le dijeran a mi madre que la quería, sentía que se me iba la vida».
Caballero reconoció: «El día 15 de octubre me puse a llorar porque sentí que había perdido. Me sentía derrotado por aquel toro de Valdefresno. Pensé en abandonarlo todo. Las personas de mi entorno comenzaron a animarme. Ahí me di cuenta de que la vida se trata de caer y levantarse, de aprender, empecé a soñar con la tarde de mi reaparición. Me di cuenta de la maravillosa profesión que tengo. Sentí que había dignificado el toreo. Rafa Garrido es la persona más pura y más auténtica que he conocido en el mundo del toro. Siento que hay muchas personas que ya esperan mi vuelta, ahora tengo una larga rehabilitación. Lo voy a dar todo para volver el año que viene, ahora me toca ganar un gran número de batallas». Y añadió: «Gracias a todas las personas que han estado a mi lado, amigos, familia, equipo médico… Y gracias a la vida por darme una segunda oportunidad».
Gonzalo Caballero: «El día 15 de octubre me puse a llorar porque pensé que había perdido. Estaba derrotado por aquel toro de Valdefresno. Pensé en abandonarlo todo»
Sobre la cornada, manifestó: «Fue un accidente. Aquellos que me vean torpe son aquellos que dentro de poco irán a la reventa a pagar el doble por mí. Volveré más fuerte».
EL RELATO DE LOS MÉDICOS
«Como portavoz del equipo humano que ha tratado a Gonzalo Caballero tras la grave cogida del 12 de octubre en Las Ventas y después de dos operaciones y cerca de un mes ingresado, hoy podemos decir que Gonzalo Caballero se puede ir a casa», señaló en primera instancia Marisa de Teresa.
Máximo García Padrós, tras mostrar su satisfacción después de que Gonzalo Caballero haya recibido el alta, resaltó «la tranquilidad de todo el equipo que dirijo y la buena coordinación con el hospital para esa segunda intervención». El galeno describió cómo vivió el momento posterior a la cornada: «Fue angustioso porque vimos cómo la vida de una persona joven se podía ir. Nos había brindado el toro porque el 21 de mayo también fue corneado de gravedad. Se sobrepuso para llegar a torear pero fue una pena que no lograra la puerta grande como le pedí».
Dr. Máximo García Padrós: «Fue angustioso porque vimos cómo la vida de una persona joven se podía ir»
Por su parte, Claudio Gandarias detalló cómo se desarrolló la segunda operación: «En media hora le metimos en quirófano. Tenía un destrozo muscular brutal. Quitamos las ligaduras y vimos la rotura en la femoral. El traumatismo rompió la arteria femoral». Y añadió: «La evolución ha sido muy buena. Nos facilita nuestro trabajo encontrar pacientes como Gonzalo, que no se queja, que tiene buena cara y que siempre ha mostrado ganas de recuperarse».
Marisa de Teresa: «Ha padecido un fallo renal grave y tuvimos que practicarle varias diálisis. Al decimoquinto día de su ingreso reaccionaron sus riñones. Es un paciente modélico»
Marisa de Teresa volvió a tomar la palabra. «Llegó en una situación muy grave tras la segunda operación. Necesitó ventilación mecánica. Le hicimos varias pruebas para comprobar que no tuviera otras lesiones y encontramos una fractura en la costilla del lado izquierdo. Ha padecido un fallo renal grave y tuvimos que practicarle varias diálisis. Al decimoquinto día de su ingreso reaccionaron sus riñones. Además, tenía unas zonas con falta de sensibilidad y movilidad por problemas en el nervio ciático». Y puso en valor el comportamiento de Gonzalo Caballero: «Es un paciente modélico».
ABELLÁN, AL LADO DE GONZALO
Miguel Abellán quiso estar presente también al lado de su compañero. El torero madrileño, responsable de la cuestión taurina en la Comunidad de Madrid, afirmó: «Quiero dar las gracias a Máximo García Padrós, que obró el primer milagro. Después al doctor Gandarias por la segunda cirugía, también milagrosa. Y al equipo humano que se ha volcado en la recuperación de Gonzalo».
Miguel Abellán: «Le queda un largo camino pero el torero recuperará al hombre porque no ha dejado de sentirse torero en ningún momento»
También mostró su agradecimiento a los medios y a los aficionados, que a través de las redes sociales han mostrado su cariño y respeto en todo este tiempo. «Ha sufrido la cornada más dura de los últimos años. Perdió tres litros de sangre. Nos dimos cuenta de la extrema gravedad del percance. Afortunadamente, cayó en las mejores manos y Padrós le salvó la vida. Esa primera intervención fue de vital importancia. Hizo un auténtico milagro», señaló.
Miguel Abellán continuó diciendo: «Se introdujo el puño en la herida para bloquear la abundante hemorragia, tuvo la capacidad para impedir que se le fuera la vida. El puño hizo de torniquete. Los toreros sufren muchas cornadas pero las de este tipo son muy difíciles de superar. Ahora le queda un largo camino. El torero recuperará al hombre porque no ha dejado de sentirse torero en ningún momento».