Maestro por tus pinceles que reflejaron tu amor por la Tauromaquia. Y amigo porque he podido convivir a tu lado esos momentos de exaltación dentro del entorno de nuestra querida Peña Los Areneros.
A dios Cesar, te añoraremos, como se añora a lo querido y a la admiración que te acompañó, durante esa larga carrera.
A dios por el hueco que nos dejas a los miembros de tu peña, durante su larga trayectoria, esa que compartístes con otros en labores dentro de Las Ventas y que se fueron antes que tú.
Muy temprana la afición
hizo mella en tu persona.
Pinceles, lienzos, torería,
dejaron huella maestra,
de lo que a la postre seria,
Las Ventas abrió sus puertas,
a tu afición desbordante,
Y le pagaste con creces,
llenándola de pinturas,
en innumerables veces.
Como arenero dejaste,
Impronta de torería
los andares postineros,
y ese rastrillo a la espalda
se arrastraba tras tu sombra,
con aire, pausa y torería.
¡Eterno Cesar Palacios!