Foto Javier
Fué formada por Manuel Arranz en 1925 cuando adquirió a medias con Antonio Pérez la mitad de la vacda de Vicente Martínez, procedía de la Casta Jijona cruzada con sementales de Ybarra y Parlade y la mitad de la vacada de Vicente Martínez, cuya simiente procedía de la Casta Jijona cruzada con sementales de Ybarra y Parlade, A partir de esta base, Manuel Arranz hizo otras incorporaciones como fue el semental «Abejorro» del Conde la Corte o sobre todo el semental santa colomeño «Filibustero» del hierro de Graciliano Pérez Tabernero.
A través de esta mezcla, Manuel Arranz iba a crear un toro de mucha personalidad, con sello propio. Los «arranes» iban a adquirir fama durante mitad del S.XX, los cuales eran muy del gusto de la afición madrileña, donde lidiaba con asiduidad.
Al fallecimiento la ganadería fue vendida en varios lotes que acabaron en manos de Ramón Sánchez Recio, Alicia Chico y del crítico taurino Alfonso Navalón. Esta última parte ha sido comprada por el nieto de Manuel Arranz, Fernando Madrazo Arranz, el cual ha creado el hierro de El Gustal de Campocerrado. Tan solo permanecen estos reductos de un encaste único.
El ganadero de hoy, Fernando Madrazo Arranz, adquirió las vacas de Navalón. Les echó un semental regalado por Ramón Sánchez, evidentemente con la misma procedencia. Más tarde, para potenciar y refrescar, utilizó dos sementales de encaste Graciliano (es prácticamente lo mismo) con el hierro de Juan Luis Fraile.
Los dos sementales tenían el mismo nombre: “Pensador”. Uno de ellos ligó en demasiado bravo y el otro con más nobleza.La actual vacada pasta en la finca “Campocerrado”, situada en Martín de Yeltes (Salamanca). Es una finca típica charra, ondulada y con muchas encinas. Perteneció a su bisabuelo Bernabé Cobaleda, quien la dividió en seis partes, correspondiendo una de ellas a Fernando.
Al ganadero le sobra afición por los cuatro constados. Es un ganadero de los llamados románticos y está intentando salvaguardar un legado familiar cuyo valor sentimental no tiene precio. Estoy convencido que de que él, junto con su familia, no desmallarán en el empeño de tripular la ganadería hasta buen puerto. Al menos, hasta que El Gustal de Campocerrado esté en el circuito de novilladas, aunque sea en tierras galas.