Hoy me levanto pasada la festividad de la Natalidad, me doy una vuelta por los portales taurinos y me asombran las afamadas plumas que llenan las páginas de la Tauromaquia de manera poco esperanzada para la próxima temporada en ciernes.
José Luis Benlloch, Villasuso y Carlos Crivillé en Aplausos. Abren sus editoriales quejosos y dudosos de lo que puede pueda ocurrir en el 2020 y Paco Delgado y Manuel Viera, en Burladero. Plumas tan afanadas dan también una visión a futuro, que a los aficionados añejos nos provoca una zozobra al ratificar algo que también ronda nuestras mentes, forma parte del devenir de personas tan bien informadas.
Y yo me pregunto, ¿Cuando aparecerá esa unión necesaria para enfrentarse al problema?. Todas las apreciaciones hechas por los citados en sus editoriales, son inquietud de los 18 millones de aficionados que se extienden por la piel toro.
Pero estas deberían ser hechos en lugar de inquietudes. Los sectores que atacan al noble arte de la Tauromaquía, dan pasos uno tras otro, buscan conexiones abolicionistas, en algunos casos ilegales, mientras que el mundo del toro es pasivo. Los profesionales, no dan pasos que cuanto menos puedan inquietar a los «antis», estando tan claro que hay que hacer algo.
Yo quiero y deseo que este mundo tenga la solidaridad necesaria para hacer frente al ataque, que visto y oído lo que se avecina, pueda causar un desastre.
Hace tiempo ya que en España se pierden valores y aparecen «otros» que se manejan en ámbitos variados y desconocidos hasta ahora, pero fluyen con una fuerza desmedida y colmada de intereses, apoyadas por terceros más interesados que los financian.
¿Pero nadie ha pensado en la fuerza Taurina?.
Una unión de empresarios, ganadero y aficionados, sería el frente indestructible a los ataques. ¿SERIA POSIBLE? o ¿Estamos esperando a que nos cojan desprevenidos?¿O a lo peor ya es tarde?
