Cada ataque a la Tauromaquia produce una herida de difícil cura. Poco a poco se van introduciendo virus que debilitan este arte y configuran una debilidad que avanza lentamente pero sin pausa.
Para finalizar este 2019 nos cae un jarro de agua fría con el cierre del programa Los Toros de la cadena SER.
Han sido 49 años que con sus luces y sombras ha agrupado a gran parte de la afición junto a la radio a pesar del horario. Defensores y detractores pero en el fondo aficionados que perdemos, y perdemos un escalón de la difícil andadura que recorremos soportando políticos que nos asustan, animalistas con objetivos perversos y lobbys que financian cualquier aptitud contraría haca la Tauromaquia.
Si ya de por sí los problemas internos, sobre todo económicos, que soporta la fiesta la dañan fuertemente, los anteriormente mencionados son un sumando más y si le añadimos la destrucción de programas divulgativos y la cada vez menos festejos y programas televisados, Creo que queda patente que la fiesta ha tomado un camino cuesta abajo de difícil freno.
Explotan las redes con la noticia y se llenan de opiniones que van más a aceptar el problema que la solución y a pesar de la dificultad, no veo pasos hacia adelante, tan solo La Fundación del Toro de Lidía, capitaneada por Victorino Martín, se está enfrentando a problemas de esta índole con éxito en muchos casos, pero con poco apoyo.
